Queso fresco vs. queso curado: ¿cuál es la diferencia? - Grupo TGT

Queso fresco vs. queso curado: ¿cuál es la diferencia?

¿Queso fresco o curado? Una cuestión de tiempo

En el mundo quesero, eso de que “el tiempo todo lo cura” tiene un sentido muy diferente, y mucho más sabroso, que en otros contextos.

Y es que el tiempo de maduración, o curación, del queso, es lo que hace que un queso fresco y uno curado sean tan diferentes en sabor, aroma y textura.

El queso curado tiene una textura más recia y un sabor más intenso que el queso fresco. Y el motivo es que un queso curado madura durante un período de entre 4 y 7 meses aproximadamente. Los meses de curación pueden variar.

Durante todo ese tiempo va perdiendo agua y ganando solidez e intensidad. Por eso es un queso más sólido y con más carácter que el fresco, que no se deja madurar y es más ligero y acuoso.

queso curado el galán tgt

¿Fresco o curado? Suavidad vs. intensidad

El queso fresco se caracteriza por tener un sabor muy suave y un matiz salado, en muchas ocasiones.

Aun así, hay diferentes grados de intensidad; un queso fresco de cabra siempre será algo más intenso que un queso fresco de vaca y cabra . Cada uno tiene su personalidad propia, y eso los hace únicos, además de deliciosos.

El queso curado, en cambio, tiene un sabor mucho más potente, ya que el tiempo de maduración hace que vaya perdiendo el gusto a leche, intensifica tanto los aromas como los sabores, y le da ese carácter tan reconocible que tanto nos gusta.

queso fresco de cabra tgt

La textura también importa

Otra de las grandes diferencias entre el queso fresco y el queso curado está en su textura.

Los quesos frescos son blandos y se deshacen fácilmente con los dedos. Mientras que los quesos curados tienen una consistencia dura y en ocasiones son difíciles de cortar hasta con un cuchillo.

Y sí, eso también es consecuencia del tiempo de maduración propio de la fabricación del queso, ya que este va perdiendo agua durante el proceso y, por lo tanto, se va volviendo más duro.

Propiedades nutricionales: el queso, más allá de los sentidos

¿Por qué el queso fresco suele estar presente en las dietas de adelgazamiento? Muy sencillo: porque una de las propiedades del queso fresco es que es bajo en calorías.

Y es que, al no pasar por un proceso de maduración, no ha perdido el agua que contiene y tiene una menor concentración de calorías que el queso curado, que tiene una mayor cantidad de grasa.

Eso sí: los quesos curados contienen más proteínas, sodio, calcio, y vitamina D.

Ya ves que el tiempo importa, y mucho, a la hora de producir un queso. Y es que el resultado es completamente diferente según el tiempo que lo dejemos madurar.

Y eso hace que podamos disfrutar el queso en un montón de ocasiones diferentes, ya que un queso fresco tiene la delicadeza perfecta para ser utilizado tanto en postres como en platos salados.

Mientras que el queso curado tiene mucho más carácter y es ideal para degustarse solo o en una buena tabla de quesos.

Como ves, no hay ocasión mala para un queso; el secreto está en escoger el queso más adecuado para cada momento. ¿Sabes ya cuál va a ser tu próximo queso?

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